La agresividad heredada y estrategias de afrontamiento

Título original del estudio: Heritable variation for aggression as a reflection of individual coping strategies

Se presentan pruebas en roedores de que las diferencias individuales en la agresividad reflejan estrategias alternativas hereditarias, fundamentalmente diferentes, pero igualmente valiosas para hacer frente a las exigencias del entorno. En general, los individuos agresivos muestran una respuesta activa a las situaciones aversivas. En un entorno social, reaccionan con la huida o el escape cuando son derrotados; en situaciones no-sociales, reaccionan con la evitación activa de choques controlables y con una actividad sostenida durante una tarea incontrolable. Por el contrario, los individuos no-agresivos suelen adoptar una estrategia pasiva. En situaciones aversivas sociales y no-sociales, reaccionan con inmovilidad y retraimiento.

Un aspecto principal de estas dos estrategias alternativas es que los individuos con una estrategia activa desarrollan fácilmente rutinas (comportamiento intrínsecamente determinado) y, en consecuencia, no reaccionan (adecuadamente) ante cambios «menores» en su entorno, mientras que en los animales de reacción pasiva es justo al revés (comportamiento extrínsecamente determinado).

Ha quedado claro que las estrategias de comportamiento activas y pasivas representan dos estilos de afrontamiento diferentes, pero equivalentes.

El estilo de afrontamiento de los machos agresivos está dirigido a la eliminación de sí mismos de la fuente de estrés o a la eliminación de la propia fuente de estrés (es decir, manipulación activa). Los individuos no agresivos parecen tener como objetivo la reducción del impacto emocional del estrés (es decir, la confrontación pasiva). El éxito de ambos estilos de afrontamiento depende de la variabilidad o estabilidad del entorno. El hecho de que los varones agresivos desarrollen rutinas puede contribuir a una rápida ejecución de sus respuestas anticipatorias, necesaria para una manipulación eficaz de los acontecimientos. Sin embargo, esto sólo resulta ventajoso en situaciones predecibles (estables), pero es desadaptativo (por ejemplo, se manifiesta en el desarrollo de patologías de estrés) cuando el animal se enfrenta a lo inesperado (situaciones variables). El comportamiento flexible de los individuos no agresivos, que dependen en gran medida de los estímulos externos, será ventajoso en condiciones cambiantes.

Los estudios sobre ratones domésticos silvestres que viven en condiciones naturales muestran cómo funcionan en la naturaleza el afrontamiento activo y el pasivo, y cómo los dos tipos han sido provocados por la selección natural.

Fuente original del estudio (en inglés): https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/1936199/