La terapia de reducción de estrés en perros es un conjunto de pautas que les ayudan a calmar su cuerpo y su mente. La terapia consigue reducir los niveles de estrés de tu perro de manera que su cerebro recupera la capacidad de aprendizaje y por tanto es el primer paso a dar en la mayoría de problemas de conducta.
Realizar una terapia de reducción de estrés a tu border collie consiste en lo siguiente:
Reducir el tiempo que pasa sólo
Intenta reducir el número de horas que pasa tu perro sólo en casa a diario, ya que este es un factor estresante en sí mismo. Comparte espacio en la casa con él y mantén puertas de habitaciones abiertas por si prefiere cambiar de estancia: dale libertad de elección en ese sentido y permítele decidir dónde quiere estar en cada momento. Evita pasar largas horas fuera de casa más allá de lo imprescindible (trabajo, visitas médicas…).
Si tu perro muestra problemas para gestionar la soledad, valora la posibilidad de decirle a algún familiar, amigo o conocido con el que tu perro se lleve bien, que haga el favor de estar en casa con él parte del tiempo que tú no vas a poder estar. Si no dispones de esta opción, valora la posibilidad de contratar a un paseador canino, un cuidador canino o un educador canino que lo pueda hacer por ti en algunos casos.
Durante el tiempo que mantengas esta terapia, evita irte de viaje/vacaciones.
Usar material de paseo adecuado
Si vas a salir con él de paseo, hazlo con mínimo una correa de entre 3 y 5 metros por entorno urbano y arnés en forma de H o Y.
Si vas a hacerlo por entorno natural y en caso de que no puedas llevarlo suelto por sus problemas de gestión, valora llevarle con una correa de 10 metros (es lo más parecido a ofrecerle una experiencia de paseo suelto).
Reducir el número de paseos
Esta va a ser una de las medidas más efectivas de nuestra terapia de reducción de estrés. Si los paseos suponen un factor estresante para tu perro, redúcelos al máximo posible. Un perro adulto y sano puede estar sin hacer pis durante 24h, por lo que no tienes que obligarle a salir de casa 3 veces al día si eso es contraproducente para su salud mental. Reduce los paseos tanto como puedas: 2 al día mejor que 4. Y que uno de ellos sea sólo higiénico (salir a hacer pis y volver). Intenta que tu perro no esté más de 1h en total fuera de casa al día (tiempo aproximado). Ej: paseo a las 7 de la mañana de 15 minutos y paseo a las 20:00 de 45 minutos. O paseo a las 7 de 15 minutos, paseo a las 14:00 de otros 15 minutos y paseo a las 21:00 de 30 minutos.
¡Pero es un border collie! ¿Cómo va a dar paseos de sólo 15 minutos?
Tu perro necesita que entiendas que el mundo le supera. Sus niveles de estrés son tan altos, que su cerebro es incapaz de procesar correctamente la información. Y por ello, ha empezado a mostrar problemas de conducta. Necesita parar y él sólo no sabe, tienes que ayudarle. Precisamente por ser un border collie esto es lo que más le cuesta: ahí es donde necesita «trabajar». Trabajar el no hacer.
Poco a poco y a medida que vayas saliendo de esta terapia de reducción de estrés, podrás ir ampliando de nuevo duración y número de paseos.
Reducir estímulos en los paseos
Otra de las medidas más efectivas y a la que tendrás que prestar especial atención, ya que dependiendo del lugar en el que vivas y lo que sea que le preocupa a tu perro, tendrás que pasear por un lugar o por otro. Se trata de decidir por qué lugares y a qué horas pasear a tu perro para evitar sus principales monstruos, como pueden ser:
- Corredores: evita paseos marítimos o pistas donde los hayas visto, elige horarios de lunes a viernes que coincidan con la franja laboral o terrenos menos llanos.
- Motos o coches: elige zonas alejadas de carreteras.
- Niños: aléjate de parques o plazas y pasea dentro del horario escolar, si te lo puedes permitir. Sino, adelanta a primera hora el paseo o retrásalo a última hora del día.
- Otros perros: evita los pipican o zonas donde sepas que los perros suelen ir sueltos (como playas), y mueve los paseos a la madrugada si vives en entorno urbano.
- Ruidos fuertes: evita pasear entre semana cerca de colegios, institutos, hospitales, fábricas, talleres, tiendas… Y también los días de tormenta.
Algunas ideas:
- Pasear por bosques o entornos naturales campo a través, alejándose de senderos marcados siempre que sea posible. Ponerle un GPS al perro si vamos a soltarlo por si se pierde, poder localizarle. Llevar nosotros equipación adecuada para no perdernos.
- Pasear por polígonos industriales a horas tranquilas.
- Buscar zonas alejadas del centro y acercarnos a ellas en coche, si tenemos esa posibilidad.
Por supuesto, si eres de los que se pasaba parte del paseo lanzándole la pelota a tu border collie, debes empezar a reducir el número de veces que se la lances hasta que suprimas esa actividad por completo. Hay quien prefiere suprimirla de golpe: tendrás que ver qué es lo mejor para tu perro.
Fomentar los momentos de calma en casa
Deja de jugar a correr o a tirar la pelota dentro de casa. Sustituye esto por juegos de menor activación y que le ayuden a relajarse (ver siguiente apartado). En casa, aprovecha los momentos de lectura para sentarte en el suelo a su lado y proporcionarle alguna caricia (si le gusta) o simplemente limítate a estar acompañándole a su lado.
Revisa sus zonas de descanso y evita que su cama o transportin estén en los lugares de paso de la casa: pónselos en lugares tranquilos y apartados de dónde haya más movimiento. Por ejemplo, evitar ponerlos en medio del pasillo o cercanos a la puerta de entrada.
Realizar juegos de olfato y propiocepción
Sin abusar de ellos, sírvete de las alfombras olfativas para realizar juegos de olfato en casa. Puedes empezar proponiéndoselo entre 1 o 2 veces al día, en función de lo intranquilo o demandante que esté, y no todos los días. En cuanto a propiocepción, puedes servirte de objetos que tengas por casa para disponerlos por el suelo y ponerle premios sueltos por encima de ellos, debajo, por en medio… De manera que el perro tenga que ir subiéndose a diferentes superficies para conseguirlos. Adapta la dificultad del recorrido de propiocepción a las capacidades de tu perro, para evitar que se frustre demasiado.
Ej: puedes utilizar paraguas abiertos y cerrados, escobas, fregonas, mantas, alfombras enrolladas, aspiradora, cartones de leche, vasos de yogur, rollos de papel higiénico…
La idea es empezar por propuestas que le resulten sencillas, para ir poco a poco subiendo la dificultad de los recorridos. De este modo, el perro mejora la confianza en sí mismo, su autoestima y su concepción del propio cuerpo: cuestiones fundamentales para afrontar después sus problemas de gestión emocional.
Resumen: Evita sus principales estresores
Toda la terapia de reducción de estrés en perros se centra en evitar al máximo posible los principales factores estresores que puedan empeorar el estado de agitación, ansiedad y nerviosismo del perro. De ese modo, ayudamos a su cerebro y a todo su cuerpo a hacer un reset sobre el que podamos empezar a trabajar y reeducar.
Sin este parón, es imposible que el perro pueda absorber nuevos conocimientos y asentar cambios en su manera de afrontar las cosas.
La terapia de reducción de estrés está altamente recomendada en perros reactivos que entren en huida o agresión, perros fóbicos recién adoptados o cualquier perro que muestre altos niveles de nerviosismo.
Si quieres saber más sobre el estrés en perros y los efectos que tiene en ellos, este libro de James O´Heare es de lectura obligada.
El efecto rebote al empezar esta terapia
Es habitual que durante los primeros días que empezamos con una terapia de reducción de estrés, veamos una especie de efecto rebote en el perro: que esté más nervioso de lo habitual, más demandante, más «pesado». Que le cueste descansar incluso. Pero una vez superada esa barrera de los primeros días, empezaremos a notar justo lo contrario: que el perro está menos susceptible, que descansa mejor, más tranquilo… Y que lleva mucho mejor los paseos. Confiar en el proceso es clave.
Salir poco a poco de la terapia
Es muy fácil para el dueño acostumbrarse a las condiciones de una terapia de reducción de estrés, pero no debemos permanecer en ella para siempre. Es necesario ir poco a poco saliendo de esa burbuja en la que nos hemos metido si queremos empezar a trabajar y ayudar a nuestro perro a superar sus dificultades.
Por tanto, una terapia de reducción de estrés debería de tener una duración mínima de 15 días y una duración máxima de 1 mes. A partir de ahí, debemos de ir reincorporando a la rutina de nuestro perro y de forma escalonada la presencia de estímulos que vaya tolerando, muy poco a poco. Si es acompañados de la ayuda de un profesional, mejor que mejor.